miércoles, 7 de noviembre de 2012

Lenguaje Manifestativo y Personal



En el presente tema proponemos esta idea a considerarse: la persona humana no sólo posee conocer, sino que es conocer. El conocer personal es otro de los radicales personales.

Para poder entender más acerca del lenguaje manifestativo y personal debemos entrar un poco a lo que son las condiciones lingüísticas según los filósofos, ya que estamos viendo el desarrollo de una persona y el estudio de esta humanidad desde un punto de vista filosófico.

Aristóteles afirma que la primera condición para que haya lenguaje (hablando de lenguaje oral) es que haya sonido, una cualidad de las cosas naturales. La segunda es el medio, pues sin él el sonido no se puede trasmitir. La tercera es el oído. Sin nadie que oiga el sonido, de nada sirve hablar. En cuarto lugar se necesita que el mismo sujeto que oye sea capaz de emitir sonidos: la voz. 

Al entender esto podemos ver que la voz humana no se reduce nada más a ser un ruido porque la utilizamos para comunicar Aristóteles defiende lo convencional debido a que puede crecer ilimitadamente, La palabra es convencional y sustituye el significado de la voz por otro que expresa otras cosas que la voz no puede.

El lenguaje natural es limitado, pues posee un signo para cada realidad, pero el convencional puede crecer ilimitadamente. 

Es superior el convencional, porque mientras la voz se refiere a una sola realidad, la palabra, siendo una, se refiere a muchas realidades. La palabra es convencional y sustituye el significado de la voz por otro que expresa otras cosas que la voz no puede.

La voz sólo puede expresar sentimientos.

El lenguaje habla en universal, y precisamente por eso no dice todo lo que de la realidad se puede decir. Por eso no acaba nunca de decir lo que las cosas son, esto es, no agota el significado de lo real. A eso se le suele denominar elipsis. El lenguaje es elíptico por necesidad, porque está al servicio del pensamiento, y el pensamiento funciona mucho mejor en régimen de universalidad que de particularidad.

El hombre inteligente, señalaba Platón, es el que entiende más cosas con menos ideas. Es el tema de la síntesis, tan usado por Aristóteles. Recuérdese que las frases de sus libros son tele-gramáticas. Si el lenguaje está al servicio del pensamiento dicha síntesis le afecta nuclearmente. Es mucho mejor la universalidad que la particularidad. Es mucho mejor, más significativo, y más sencillo de aprender, un lenguaje convencional que un lenguaje pegado a la imaginación, es decir, que un lenguaje representativo, jeroglífico, plagado de imágenes. 
En el hombre es importante entender que nuestro lenguaje es manifestó también gracias al pensamiento. El que no sabe pensar no puede fraguar ni comunicarse con ningún lenguaje convencional. Por lo mismo al hablar de lenguaje, voz y palabra también debemos entender la diferencia entre el lenguaje y el pensamiento.

Como fundamento del lenguaje convencional debemos observar que sólo puede hablar el que sabe hablar. No se trata de dominar un idioma o de manejar un lenguaje computacional, sino de ser capaz de formar o entender un lenguaje convencional porque se es inteligente. En síntesis debemos saber antes de poder hablar.

El lenguaje convencional se divide en dos tipos el oral y el escrito.  Con esto debemos sostener que el hablado es más expresivo que el escrito porque cuenta con más modulaciones de la voz, que son sumamente difíciles de expresar con signos escritos.

El lenguaje oral por lo mismo debemos considerar como superior al escrito, y con la tecnología hemos visto que esto es apoyado con la idea de que como seres humanos nos es mejor el recibir un mensaje hablado y poder oírlo, con grabaciones, estos manifiestan mucho mejor el modo de ser del interlocutor, asi mismo aquéllos que la acompañan de imágenes en las que se aprecian los gestos que se realizan con el rostro, las manos, etc., son aun mejores y superiores porque todos esos signos están en función de la inteligencia humana. El lenguaje audiovisual es superior a los otros dos.

El lenguaje personal es el modo de abrirse de la persona humana hacia la intimidad y hacia la transcendencia. 

Al conocer el lenguaje personal nos podemos darnos cuenta que no es convencional porque ninguna persona es igual a otra y, por tanto, el sentido de su hablar, de su renitencia, es único, irrepetible.

Así mismo podemos comprender que el lenguaje natural es en esencia la expresión de la naturaleza humana. Los convencionales son manifestación de la persona, porque sólo la persona es capaz de perfeccionar su naturaleza, y el lenguaje convencional es muestra de la naturaleza perfeccionada, es decir, de la esencia humana. Pero ninguno de los dos es el lenguaje personal. El lenguaje convencional forma parte de la esencia humana, el personal, del acto de ser o de la persona misma. El lenguaje en el orden personal también es remitente, aunque no sensible.

Sostener que hay jerarquía entre los órdenes lingüísticos conlleva mantener que los inferiores están subordinados a los superiores y, a la par, que son manifestación de ellos. En el fondo, los diversos lenguajes son derivados del lenguaje personal. Su lenguaje depende del primer lenguaje.

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