jueves, 20 de septiembre de 2012

El Cuerpo Humano



La vida es lo que hace que el cuerpo sea cuerpo, antes de vivificarlo solo es materia inerte. El alma y el cuerpo no funcionan cada uno por su parte, sino que depende una de la otra ya que  están armonizados.

Un ser vivo corpóreo está dotado de soportes biológicos que son los órganos, estos son para las facultades y no a la inversa, porque nuestros sentidos necesitan de un intermedio para poder realizar su trabajo, por ejemplo, los ojos son los órganos de la facultad visual y la nariz de la facultad del olfato.

Hay soportes orgánicos que ordenan, configura e informan el cuerpo, un soporte diferente para una parte del cuerpo diferente; se puede denominar un cuerpo de mayor o menor complejidad dependiendo la cantidad de facultades que posean. La persona y el alma terminan cuando lo corpóreo llega a su fin.

Cuando el estudio se centra en el cuerpo humano se nota que estamos ante el cuerpo vivo más complejo de la realidad, del que, aunque la biología y la ciencia médica han progresado mucho, todavía estamos al inicio de su investigación. Nos admiramos ante la pluralidad de células diversificadas entre sí, de cómo esas pueden desarrollarse a partir de una única célula;

Carácter diferencial del cuerpo humano

El cuerpo de los animales es sumamente determinado constitucionalmente y especializado en orden a una función; el del hombre, por el contrario, es abierto y desespecializado.
Siempre se nace prematuramente. Con pocos minutos, horas, o máximo, pocos días, el resto de animales son viables tras el nacimiento. Tienen de entrada incrustados en su instintividad todos los movimientos y funciones de un adulto de su especie. El hombre no. Tiene que aprenderlo todo, andar, comer, beber, etc.

Los humanos tienen que  adaptarse al habitad en el que están, ya que ninguna de sus partes está especializado a uno en específico, por ejemplo los pies no están especializados para algún tipo de entorno, pero el hombre también tiene la capacidad de adaptar a su entorno según sus necesidades.



La finura de la piel en las manos indica más sensibilidad, más posibilidad de captar matices de la realidad sensible. Las manos no están determinadas a una sola función sino que pueden realizarlas todas. Están hechas para tener, usar, manejar cosas naturales, y para fabricar artificiales.

 Son perfectamente compatibles también con el lenguaje, pues acompañan con sus gestos la expresión de lo que uno lleva dentro, y, por consiguiente, con el pensar y con el querer. Nuestras manos son muy expresivas. Sus gestos son muy significativos, y admiten un sin fin de modalidades. Los brazos están abiertos también a varios usos como escribir, escalar, nadar, ser apoyo.


La cara es más expresiva que las manos, la cara puede gesticular y manifestar estado de ánimo. Nuestro cráneo ocupa una posición vertical sobre la columna vertebral, para mirar de frente y hacia arriba. La posición del cráneo de los cuadrúpedos es horizontal respecto de su cuerpo, en disposición hacia el suelo, donde encuentran el alimento y su hábitat.

El sentido de la sexualidad humana

El sexo humano es la manifestación corpórea de que existen dos tipos dentro de lo humano: varón y mujer. La sexualidad humana es la distinta tipología biológica de encarnar lo natural humano. Evidentemente esas diferencias naturales denotan distinciones psicológicas.

La persona es amor, esto permite donar aceptación amorosa e intima entre las personas, en el acto sexual se debe entregar la persona (intimidad) no solo la corporeidad, porque si solo hay interés corpóreo no existe el amor.
La diferencia de los animales y las personas en el acto sexual es que los animales tienen épocas de celo para reproducirse y lo hacen por instinto, en cambio los humanos lo hacen para procrearse y demostrar el amor. Aun cuando el fin biológico de la sexualidad es la continuidad de generaciones en el ser humano el acto sexual involucra intimidad y amor y no está regido por la temporalidad.
¿Liberación sexual? El sentido del pudor
Por liberación sexual se suele entender hoy dejar rienda suelta al apetito sexual. Estamos ante una presunta “liberación”, que paradójicamente ni responde ni respeta la libertad personal.
El pudor es honestidad, modestia, recato. En relación a la sexualidad el pudor es la protección de la intimidad física y de la persona. El pudor no solo tiene que ver con la falta de vestimenta que puede haber vestimenta que instiga más a la imaginación que la desnudez misma.
El pudor protege la intimidad personal, pero quien no comprenda su intimidad sólo podrá manifestar su exterioridad, y si la manifiesta indiscriminadamente, mostrará no sólo su inmadurez, sino su desesperanza, pues tal actitud expresa que uno no espera alcanzar la intimidad de la persona que se es y se está llamado a ser. Además, tampoco podrá ayudar a los demás a descubrir su propia intimidad.
Hay dos modos de enfocar el pudor, primero mirarse uno realmente como es ante Dios, a la par que guarda el pudor ante los hombres, y segundo prescindir de Dios y entonces uno pierde el pudor. En el primer caso se gana en inocencia. En el segundo se cae en la desvergüenza.
Las privaciones corporales: la enfermedad y el dolor
La enfermedad es la pérdida parcial del bien corpóreo más alto: la salud. La muerte es la pérdida total de ella. Salud es orden orgánico, armonía, no sólo fisiológica, sino también funcional.
La medicina es una técnica instrumental cuyo fin es el intento de aplazar la muerte, no de vencerla definitivamente.
Existen dos vertientes para el dolor, el moral y el físico. El dolor y el mal son de índole personal ya que no solo afectan la naturaleza del hombre sino su persona también.
El mal corpóreo es aquel que impide manifestar la unidad de la naturaleza humana. El mal moral es el déficit en la esencia humana que impide manifestar el ser que uno es en sus potencias espirituales: inteligencia y voluntad.  El mal radical es la carcoma en el corazón humano, es decir, la negación o rechazo del ser personal que se es.

¿Por qué el dolor no es opuesto a placer?
En este no es uno enteramente el que disfruta, ya que cabe placer corporal con disgusto en la voluntad y amargura y tristeza en la intimidad personal; y viceversa, cabe gozo en el alma estando dolorido y deshecho el cuerpo.
 
  
En definitiva el único que puede dotar de radical sentido al dolor es el cristianismo, porque posee el legado de Cristo, que es Dios, al respecto. En efecto, al asumir Jesús el dolor lo fundamenta desde Dios, evita el intento de auto fundamentación humana y abre la esperanza.
El dolor es un indicio de que la vida presente, por no ser la mejor, y por darnos cuenta que está llamada a serlo, no es la definitiva.



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